El Centro Cultural Banco do Brasil expone una serie de esculturas e instalaciones que aproximan naturaleza, arte y tecnología.
“En el misterioso cuento «El Aleph» (1949), de Jorge Luis Borges, el protagonista se enfrenta a un rayo de luz centelleante en un sótano de la calle Garay, en Buenos Aires, que muestra, a pesar de su formato en miniatura, algo que ningún mortal nunca podría haber visto. En una esfera de diámetro inferior a dos o tres centímetros, el Aleph concentra todo el universo”. (Alfons Hug, curador)


A partir del 29 de marzo, en el Centro Cultural Banco do Brasil de Rio de Janeiro (CCBB RJ) es posible disfrutar de la exposición Studio Drift -Vida en Cosas. La muestra presenta una selección bastante representativa de la producción de DRIFT, una dupla de artistas holandeses que recupera, en esculturas e instalaciones, la relación de la humanidad con la naturaleza y explora un escenario positivo para el futuro.
En el año 2007, los artistas Lonneke Gordijn (nacida en 1980) y Ralph Nauta (1978) crearon la dupla holandesa DRIFT, que actualmente dirige un equipo multidisciplinar de 64 personas, con un estudio en Ámsterdam y otro en New York. Desde su nacimiento, este equipo viene desenvolviendo esculturas, instalaciones y performances, una conexión entre personas, ambiente y naturaleza, establecida a través de una misma frecuencia energética. Sus obras sugieren al público una reconexión más sostenible con el planeta.
En la presente exposición Studio Drift – Vida en Cosas, la dupla de artistas explora las relaciones entre humanos, naturaleza y tecnología de forma simple y, a la vez, profunda. Es la primera vez que un conjunto representativo de obras de estos dos artistas es presentado en suelo brasileño, a pesar de ya haber recorrido un largo circuito internacional, tal como exposiciones en The Shed en Nueva York (2021), Art Basel (Basilea, 2017 y 2021), Victoria & Albert Museum (Londres, 2009 y 2015) y la Bienal de Venecia en 2015.
“Toda luz, dicen los astrónomos, es luz antigua que las estrellas emitieron hace milenios (…) y lo que llamamos de realidad, según escribe Borges en un ensayo sobre el pintor Xul Solar, son apenas restos de ideas antiguas”, evoca Alfons Hug, estableciendo un paralelo entre esta idea borgiana sobre la luz de las galaxias más distantes y el vislumbre de una llama en las obras Coded Nature (2022) y Fragile Future (2005).
Coded Nature es un software interactivo en tiempo real de una bandada de estorninos. Esta serie fue creada para descubrir y evidenciar los padrones de movimiento que ocurren en el mundo natural, cada uno representando un código específico en el complejo proceso de la vida. Sea mimetizando una bandada de estorninos, un cardumen de peces o padrones lineares de una colonia de hormigas, esta obra destaca cómo la armonía de la vida puede ser percibida en múltiples formas.
Por su parte, Fragile Future es una obra compuesta por dientes de león, bronce fosforoso, electrónicos y luces LED. Aquí se funden la naturaleza y la tecnología en una escultura luminosa multidisciplinar. El proyecto presenta una visión crítica, y sin embargo utópica, sobre el futuro del planeta, donde dos evoluciones aparentemente opuestas crean un pacto de supervivencia. La escultura está compuesta por tres circuitos eléctricos de bronce conectados a dientes de león emisores de luz. Así como la naturaleza, la obra se adapta al espacio, y puede crecer infinitamente si se agregan nuevos circuitos a su estructura.

Según el otro curador, Marcello Dantas, “existe una lógica por detrás de la obra de DRIFT, que es la posibilidad de la naturaleza y la tecnología poder vivir en armonía. Sea por el mundo biónico, sea por el concepto de animismo, en que todas las cosas, animales, fenómenos naturales y objetos inanimados, poseen un espíritu que los conecta unos a los otros”.
Una de las obras presentes en la muestra se titula Shylight. Se trata de una escultura hipnótica que se abre y se cierra, en una coreografía fascinante que mimetiza el comportamiento de las flores que, durante la noche, se cierran como medida de protección y de economía de recursos. El proyecto DRIFT intenta recuperar la idea de que, en la naturaleza, todo está cn constante metamorfosis y adaptación. Así, los objetos animados ganan la fuerza de expresar, también, carácter y emoción. Shylight, que ocupa la rotonda central del centro cultural, fue creada mediante la utilización de varias camadas de seda, lo que da al objeto la gracia de un danzarín que se mueve de modo milimétricamente controlado.

Ego es otra escultura de la muestra, creada con fibra de nailon, fibra Dyneema, motores, aluminio y software. Ego es una escultura cinética tempo-dependiente, hecha a partir de un enorme bloque de líneas finas de fibra de nailon que se mueve por medio de una delicada coreografía, gracias a la acción de ocho motores y un algoritmo pensado especialmente para la obra. La obra representa la oscilación de las emociones y el dinamismo del pensamiento humano. Alude a la rigidez de la producción humana y cuán importante es que esta producción se torne fluida, para que no colapse. La obra cuestiona cuánto nuestras esperanzas, verdades y emociones son resultado directo de la rigidez o de la fluidez de nuestra mente.

Amplitud (2015) es una instalación cinética construida en latón, vidrio y acero inoxidable, donde los artistas replican el movimiento universal infinito que encontramos en la naturaleza, como, por ejemplo, en las ondas marinas. Es natural para los seres humanos alinearse a las frecuencias a su alrededor. La armonía con el medio ambiente dicta nuestro ritmo natural de latidos cardíacos y de nuestra respiración.

Por medio de sus continuas pulsaciones y la habilidad de reflejar la luz, cada elemento de la escultura funciona como un individuo que actúa en su propia amplitud, al mismo tiempo en que opera como un colectivo. Movimiento y elementos móviles en armonía o en desbalance son omnipresentes en la naturaleza.

Dandelight (2007) es un manifiesto contra la cultura del descarte. La escultura está hecha de semillas verdaderas de diente de león, que son recogidas durante la primavera en Holanda. Aparte de las semillas, se han utilizado bronce fosforoso, luz de LED y cúpula de cristal.
Los dientes de león pueden ser hallados en casi todo el territorio holandés, desde campos intactos hasta áreas industriales. La planta posee importantes propiedades medicinales y, observada de cerca, se nota su estética inimitable que recuerda un paracaídas.
Cada semilla de diente de león ha sido conectada a una luz de Led, la cual, a su vez, se conecta a una batería, que está visiblemente integrada al diseño en vez de permanecer oculta.

Drifters (2016), vídeo de 12 minutos hecho en colaboración con el director Sil van der Woerd. El filme sucede en las tierras altas de Escocia y retrata bloques de concreto en busca de su origen y de su destino. Un cubo representa la unidad básica de construcción, el elemento primario a partir del cual nuestro ambiente urbanizado ha sido erigido.
La obra es una invitación a la reflexión sobre la relación humana con el medio ambiente, frecuentemente visto como algo estático e inanimado. La sensación de duda y dislocamiento crea una tensión entre la humanidad y la naturaleza, caos y orden, posible e imposible. Drifters evidencia que, sin un contexto, quedamos desorientados, y cómo el mundo y sus mecanismos siguen siendo desconocidos para la humanidad.
Materialism (2018) es un proyecto continuo que explora las cosas que nos cercan y los materiales que las componen. Desde el Renacimiento, científicos vienen investigando el mundo de forma sistemática, utilizando razón y observación para desvendar los misterios de la naturaleza y entender su materialidad. Este proceso produjo una inmensa cantidad de conocimiento y avances, al mismo tiempo que introduce, hasta hoy, millares de nuevas “cosas artificiales”. Objetos que sustentan nuestra existencia, resultantes de la industrialización y del comercio, y que contienen una serie de componentes forjados a través del diseño. Cada vez más las personas permanecen ajenas a los mecanismos internos y a la composición de estas “cosas artificiales.”
En esta obra, DRIFT subvierte las reglas de la ingeniería de la producción en masa deconstruyendo productos de lo cotidiano y reconstruyéndolos en forma de bloques. Ítems de los cuales normalmente notamos apenas su funcionalidad, tales como un Wolkswagen Escarabajo, una bicicleta y un Game Boy, hasta dos productos bastante conocidos por el público brasileño, una ojota Havaiana y una pandereta, desarrollados especialmente para la presente exposición.
Franchise Freedom (documental en vídeo, 2017) es una instalación de arte performática que explora las fronteras entre naturaleza y tecnología y provoca un impactante vínculo social. La obra es una camada autónoma de centenas de drones que simulan una bandada de estorninos. DRIFT estudió por más de diez años los padrones naturales de vuelo de estos pájaros y los convirtió en un software integrado a los drones. Cada uno posee una fuente de luz, y su intensidad y color están influenciadas por las distancias entre los otros elementos, resaltando la densidad del grupo.
A pesar de que los padrones puedan parecer aleatorios y la imagen de una bandada pueda remitir a la libertad, el comportamiento de estas aves es enteramente orquestado y sujeto a muchas reglas e instintos de sobrevivencia. Así como las aves, las personas también encuentran seguridad en un grupo, mientras son, al mismo tiempo, forzadas a actuar de acuerdo con un conjunto de reglas sobre las cuales la sociedad funciona.