La artista argentina que recorre el mundo en busca de murales
La pintora atravesó diferentes facetas artísticas antes de encontrarse con el muralismo. Nómade y cambiante, Vicentef irrumpe en el movimiento muralista todavía protagonizado por hombres.
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“Me gusta el arte para la gente”, afirma Mabel Vicentef, artista visual dedicada actualmente al muralismo. A la argentina de 32 años le atraen la calle y las grandes dimensiones. “A veces uno piensa que las personas comunes no tienen la capacidad de apreciar estéticamente. Me mueve haber descubierto algo que puede llegar a cualquier persona”, agrega.
De un lado, está el Puente de la Mujer. Las luces violáceas, los faroles blancos del crucero, y el naranja del atardecer, proyectados hacia lo hondo del río. De fondo, un rompecabezas de edificios. 50 metros más adelante, aparece un mural vibrante de colores rosados, amarillos y turquesas. Cuatro metros y medio de mujeres traspasadas por hojas y pájaros. Dos con ojos cerrados, y otras dos de mirada profunda e interpelante; pero todas unidas espalda con espalda. No es una sentencia directa del feminismo, no busca la adhesión del público. Más bien onírico y sutil, despierta la curiosidad y la contemplación.
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Al igual que el pájaro gigante y las hojas que atraviesan estas figuras, a Mabe, como la llama su mejor amiga, Lucía Fernández, todo la atraviesa. Desde chica tuvo la sensibilidad aguda de los artistas. Pero el proceso no fue lineal. Fiel a su personalidad inquieta, hubo idas y vueltas, caminos a medio hacer, descubrimiento, y mucho trabajo. Empezó soñando con ser música. Cuando terminó el colegio, estudió Filosofía y Música, pero a los seis meses dejó. “Si ves mis apuntes de clase, están llenos de dibujitos, y bocetos”, recuerda Vicentef. Entonces, comenzó a estudiar Escenografía. Trabajó con Juan Dana, escenógrafo y pintor que produjo obras a gran escala. Fue allí que se enamoró de las grandes dimensiones. Pintar el cuarto del bebé de una amiga fue el primer paso en el muralismo. “Y un día pinté en la calle, y dije “Ah, esto es lo mío”. Me cerró todo”.
Por momentos frunce el ceño como si no entendiera, y sorprende cuando la respuesta es inocentemente incisiva. Según la artista, la discusión no es lo suyo. Sin embargo, sus amigas le dicen “contrera” porque suele cuestionar todo. Debajo de su personalidad tranquila, hay mucho carácter. No dudó en insertarse en un ambiente artístico protagonizado por hombres y producir obras que versan sobre los derechos de las mujeres y las causas ambientales. “Me pasó de estar trabajando con un hombre, y que se dirijan automáticamente a él, o que comenten sorprendidos: «¡Trabajás como un hombre!»”. Existe la concepción de que el muralismo solo es apto para el género masculino porque es un trabajo pesado y urbano. Sin embargo, la cantidad de muralistas mujeres crece paso a paso con artistas como Liberty Du, Jael Airasca, e Irene Lasivita.
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El viaje vino antes que la pintura. A los 16 años convenció a sus papás para que la dejaran irse de mochilera al norte, y desde ahí nunca dejó de viajar. “Constantemente estoy cambiando, ni siquiera estoy mucho tiempo en el mismo lugar, ni haciendo lo mismo, ni levantándome a la misma hora. Es algo que me gusta, que me pasa solo”, cuenta con soltura. Pero la verdad es que su vida tiene un eje muy claro: recorrer el mundo en busca de murales.
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En sus inicios, pintaba algunos ranchitos uruguayos en Cabo Polonio. Su primer trabajo importante fue en Córdoba como integrante del Movimiento Internacional de Muralistas Italo Grassi. Una artista autodidacta dando sus primeros pasos en el arte urbano, rodeada de artistas consagrados del doble de edad. Hoy en día, “sigue siendo lo mismo, pero más serio”, resume. Lo dice naturalmente, como si no hubiera dado la vuelta al globo, pintando murales en México, Nueva Zelanda, Estados Unidos, España, Croacia, Bosnia, y Marruecos.
A finales de julio,Vicentef retomará algunos de los viajes interrumpidos por la pandemia. Primero a Portugal, donde pintará un mural en Lisboa sobre un edificio de diez pisos como parte del Urban Art Festival. En la misma ciudad, también será parte de una muestra en la galería Art Room con artistas de otras nacionalidades. Su recorrido seguirá en España, León, donde pintará en Arte o Rap, un festival muy concurrido por artistas argentinos.
Fotos: Mabel Vicentef y Sol Leguizamón.