Multidisciplinaria, nacional, internacional, atenta a los diversos públicos, arteBA 2014 ofreció una amplia gama de actividades, stands y nuevas secciones.
De las mejores incorporaciones que ha habido en la feria se resalta el programa Dixit Petrobras que ofrece 700 metros cuadrados a un curador para que realice una exhibición acerca de la contemporaneidad artística. Este año, Andrea Giunta se pregunta ¿Cuándo empieza el arte contemporáneo? y logra una respuesta que nos invita a la reflexión a partir de la contemplación e interacción con obras de 60 artistas latinoamericanos entre las que destacamos La familia obrera de Oscar Bony, Vivo Dito de Alberto Greco, Muestra de arte destructivo de Kenneth Kemble, Límite de una proyección de David Lamelas, Wrinkle de Liliana Porter, Última exposición final de arte correo/75 de Horacio Zabala y Edgardo Vigo.
Se nota que arteBA está ampliando su público y sus actividades, no sólo por esto sino porque también apunta a las nuevas generaciones de curadores (Programa jóvenes curadores Banco Ciudad), a amantes de la fotografía (Photobooth Citi) y de los libros (Isla de ediciones de Fundación Proa), entre otras secciones. Año a año va sumando nuevos espacios e ideas para abarcar un público más heterogéneo. Y lo está logrando.
Este año pareció que los pasillos y los espacios de descanso hubieran sido más amplios y cómodos. Fue un comentario que se escuchó bastante mientras se recorría la feria y se entraba en los stands. Algunos opinaban que era por la realidad económica del país considerando los altos precios, mientras que otros se inclinaban por la exigencia del comité de selección que este año estuvo conformado por Sonia Becce (curadora independiente, Buenos Aires, Argentina), Eduardo Brandão (galerista de Vermelho, San Pablo, Brasil), Henrique Faria (galerista de Henrique Faria Fine Art, Nueva York, Estados Unidos, y de Henrique Faria Buenos Aires, Argentina) y Orly Benzacar (galerista de Ruth Benzacar, Buenos Aires, Argentina).
De todos modos, se presentaron más de 80 galerías provenientes de 16 países. Más allá de los grandes nombres y de buenas galerías que siempre son una caricia al alma al visitarlas, no hubo nada que innovara en materia de obras de arte. Esto es una feria y por lo tanto se dedica al mercado (a diferencia de las bienales), pero siempre está bueno dar espacio a los nuevos soportes y las nuevas técnicas. Un ejemplo sería el arte electrónico que cada vez va tomando más importancia y adeptos. Ya habrá tiempo para que arteBA los incorpore.
Hubo una clara redistribución de espacios. Donde el año pasado estaba la Isla de ediciones de Fundación Proa (que cambió de pabellón y se ubicó donde se realizaba el antiguo premio arteBA-Petrobras), este año encontramos el interesantísimo Dixit Petrobras.
Pero nada de todo esto significó grandes problemas, ya que apenas se ingresaba a cualquiera de los dos pabellones, verde o azul, unas amables señoritas ofrecían un plano de la feria desde el mostrador de informes.
Adentrados ya en la feria, hubo varias galerías que sobresalieron. Alejandro Faggioni-Estudio de Arte presentó un stand íntegramente conformado por obras en blanco y negro de distintos artistas y períodos: Miguel Ocampo, Eduardo Serón, Alfredo Hlito, María Silvia Corcuera y Guillermo Ruíz Díaz son muestra de esta gran combinación que marcaba un stop visual dentro de tanta efusividad de color del resto de las galerías.
Siguiendo la estética de artistas consagrados y de renombre, Van Eyck -con sus Manuel Espinosa, Magariños y Arden Quin- llamó la atención entre los caminantes. Al lado, bien pegadito, Gabriela Van Riel, en la galería que lleva su apellido, mostró grandes obras de Víctor Grippo, Kenneth Kemble y León Ferrari, entre otros. Paula Castro, también con blancos y negros, en galería Mite, haría que más de uno quisiera saber más sobre su obra.
Justo en el límite entre los pabellones, como quien da la bienvenida a algunos y despide a otros, sorprendió Máximo Pedraza en Miau Miau, con sus obras despojadas y seres diminutos que harían recordar un poco a las obras de Liliana Porter. Hablando de Porter, Santiago, en este caso, hizo sostener el aliento a más de uno con sus fotografías, como la obra de Graciela Sacco –cuyos ojos hacían que uno no pudiera dejar de mirarlos, creando una conexión ineludible-, ambos en Rolf Art. A la vuelta, a una manzana de distancia, Del Infinito se destacó por sus increíbles Le Parc, Máximo Florez, Boneo y Cárdenas. En frente, Vasari expuso unos llamativos y bien coloridos Kazuya Sakai, que por la fuerza de sus colores sobresalía entre las otras obras exhibidas.
Así puedo seguir enumerando obras, galerías y artistas, pero no es mi intención transformar un comentario en una lista de supermercado, pero si no fuiste…
…El próximo no te lo pierdas.
Ana Clara Giannini
El Toni en Multiespacio Korova
El Sábado 1 de Abril a las 20 hs El Toni invita a la inauguración de sus increíbles pinturas al...