A propósito de la actual exposición de Christo y Jeanne-Claude en Fundación PROA, transcribimos la nota publicada en Revista Magenta en Abril 2005 escrita por Hugo Petruchansky desde NYC.

Las Puertas de Christo en el Central Park de Nueva York
Por Hugo Petruchansky
Desde el 12 al 28 de febrero de 2005 concretó uno de los tantos proyectos ideados por el búlgaro Christo Javacheff y su mujer Jeanne-Claude, esta vez la utopia se hizo realidad.
Pensada en 1979 esta “instalación temporaria” tomó cuerpo hace pocas semanas en una ciudad marcada por los grandes eventos, desde los mundialmente famosos musicales de Broadway hasta las mega construcciones dignas de faraones pasados, dentro de esta brecha todas las fantasías y lo imaginable también ocurre. Lo cierto es que en los últimos años los norteamericanos y especialmente los neoyorquinos estaban unidos por el dolor producido en septiembre 11 de 2001.

Hoy un episodio singular los une nuevamente pero no por medio de la catástrofe si no por un episodio que tiene que ver primeramente con el arte y luego con un fenómeno cultural típico de la sociedad de masas, el afán de protagonismo y la ferviente curiosidad que los anima. En este sentido los ciudadanos ejercieron su derecho sobre su ciudad y se largaron masivamente al parque a ver, disfrutar y sentirse protagonistas del suceso ideado por estos dos artistas acostumbrados a los escándalos, las críticas feroces de algunos ecologistas o amantes del orden del pasado o la inmovilidad de las ciudades y también de algunos críticos puristas del arte que ven en estas acciones mas grandilocuencia que verdadera producción artística.

Christo comenzó su carrera a finales de los ’50 y luego en paralelo con el grupo de los Nuevos Realistas franceses, capitaneados por Pierre Restany, Yves Klein y Jean Tinguely entre otros tantos, desarrolló su singular estrategia de ocultar tapizar, tabicar y cubrir para evidenciar señalar y destacar lo que no vemos, no pensamos y no sabemos que escojo fue o qué pasó dentro, fuera o a su alrededor.

Así empaquetó desde islas, torres, metros cúbicos de aire, puentes y tantos edificios emblemáticos como el Reichstag en Berlin en 1995. Al principio su ideal político fue evidente y paulatinamente su esteticismo sofisticado ganó terreno en la producción de sus obras, calificadas hoy como bellas y efímeras obras visuales.

Las Puertas (The Gates) fue un proyecto concebido en 1979 que se hizo realidad hace pocas semanas. Tomó los caminos, senderos y paseos de Central Park, el pulmón de la ciudad de Nueva York, y durante 16 días los inundó de 7.500 puertas de 4.80 m de altura de las que caen una tela color anaranjada (azafrán lo llaman algunos) hasta casi la mitad de su altura.
Contrastando con el paisaje invernal, con poco verde y árboles casi desnudos estas telas de vibrante color flotaron y bailaron con el viento que las meneaban en sus casi 40 kilómetros de largo señalando por un lado la capacidad tecnológica y poderío económico al desplegar mas de 23 millones de dólares en el parque y por otro, incentivar el asombro de los paseantes, curiosos, vecinos y visitantes especiales del arte.
Señalar para incentivar la mirada de la naturaleza por medio del arte fue una de las consignas que Christo junto a Jeanne-Claude desplegaron con igual energía que su tenaz perseverancia para hacer visible su utopía. Y al hacerla realidad cumplió otra vez más con su sueño, que es el de muchos: hacer posible lo imposible.
http://www.revistamagenta.com/christo-y-jeanne-claude-en-proa/