Riquezas del arte povera hacia mejores relaciones en el mundo

Problemas del mundo, problemas del arte
“Con un ladrillo solo no haces nada, pero si los sumas puedes construir una pared, una casa, un edificio… un mundo” (Patrick Hamilton)
Hasta el 21 de Agosto de 2022 el licenciado en Artes y premiado artista vanguardista Belga Patrick Hamilton, exhibe “El Ladrillo” en el Museo de Arte Contemporáneo de Buenos Aires (MACBA), luego de un amplio recorrido internacional. En simultáneo, continúa su prolífica producción con “Atacama”, que suma a su investigación sobre economía y geopolítica, temáticas de minería, cobre y extractivismo en Chile y otros países, con impacto universal.


¿Qué integra tu labor artística?
Mi trabajo tiene que ver con las relaciones entre economía, arte y política. Belga criado en Chile, ganador de la Beca Guggenheim entre otras. Cómo impacta tu historia en los veinte años de trayectoria como artista de vanguardia ¿Qué conceptos abordas?
He abordado el contexto chileno por motivos especiales: porque soy chileno y por el nudo que se produjo entre la Unión Popular (UP), el Gobierno de Salvador Allende, el Gobierno militar y la implantación del Neoliberalismo, lo cual defino como un fragmento de la Guerra Fría. Allí se produce la lucha entre el comunismo y la sociedad del libre mercado, que termina ganando esta última.
¿A qué apunta tu interés?
Me importa cómo se dieron las cosas.
Desde los años 50´ hubo una política del Gobierno Norteamericano con Richard Nixon de becar a estudiantes de economía de toda Latinoamérica, de Chile, Argentina, Perú , Brasil y Uruguay para que vayan a estudiar Economía con Milton Friedman a la Universidad de Chicago con el fin de aprender las doctrinas de libre mercado que – en aquella época- se llamaban monetarismo.
Esos estudiantes regresan a Chile y crean una mini revolución dentro de la Facultad de Economía la cual era muy estatista y conservadora en economía.
Cuando vino el golpe militar de 1973 se ofrecieron a Pinochet y a la Junta Militar para hacer la reforma económica. Transformar la economía chilena estatal, a predominio y preeminencia del estado, en una sociedad de libre mercado.
Me interesa este tránsito que no solo tiene que ver con lo económico sino con lo cultural que surge de posturas ideológicas.

¿Cómo nace tu obra, El ladrillo?
La muestra se llama “El ladrillo” por varios motivos:
El mercado no es sólo un instrumento, sino que responde a una ideología. Hay gente que piensa que el mercado puede resolverlo todo. Mi trabajo nace de allí.
El ladrillo fue un documento informe -luego libro-, cuyo tamaño le dio ese nombre. Fue escrito por algunos de los Chicago Boys chilenos y se lo entregaron a la Junta Militar de Pinochet transformándose en las bases del sistema económico que adoptó la dictadura militar en Chile.
Uso el ladrillo en coherencia, casi como analogía. En España, se usó este término del ladrillo durante la crisis sub prime de mercado inmobiliario en el año 2008 porque tenía que ver con la especulación sobre todo en el área de la construcción.
Por tanto, me interesa la palabra ladrillo en relación a la crisis que se produjo con la desregulación absoluta de los mercados de capitales y los fondos de inversión que aquí ustedes –en Argentina- bien saben.
Una tercera acepción del ladrillo en mi obra es porque los utilizo en forma física para crear obras, tal es el caso de las esculturas de esta muestra.
Me importa el ladrillo como objeto porque es barato y responde al mundo de la construcción. Es un módulo. Solo, en sí mismo, no puedes hacer nada, pero si los sumas puedes construir una pared, una casa, un edificio… un mundo.

¿Cuál es el nexo vinculante en tus composiciones?
Procesos económicos, desde distintos puntos de vista, hasta el proceso teórico.
Están en las fotografías que tienen los archivos que documentan la implantación del modelo económico neoliberal en Chile, en las herramientas de trabajo una espátula, una llana, una lija, objetos que se usan en el mundo del trabajo y son muy precarios. Responden a ese universo pero su sentido más básico y simple refiere al obrero, al albañil, la persona que trabaja con sus manos y su cuerpo.
Uso estas cuestiones que tienen que ver con la economía y el informalismo. Siempre me ha interesado el arte que tiene capacidad de síntesis desde el punto de vista formal y estético, pero que -a su vez- posee la capacidad de comunicar o decir mucho. Obra simple, económica pero de potente capacidad comunicativa.

¿En esta línea, que movimiento artístico te ha impactado?
El constructivismo Ruso nace en el contexto de una revolución junto a Kazimir Malévich, El Lissitzky, Alexander Rodchenko… Se suponía que iba a ser el nuevo arte para una nueva vida. Ese arte para la utopía fue abstracto, no figurativo.
Me gustan estos referentes, ese arte formalista, abstracto, económico, pero con contenido social. Es lo que busco en mi investigación.
Tu riqueza investigadora, reflexiva se refleja en la variedad de materiales que usas, tales como metacrilato, metal, fotografías… ¿Cómo desarrollas la parte técnica de tus obras en negro pleno?
Utilizo pintura abrasiva, óleo con lija sobre tela.
Respecto de la paleta, ¿por qué escoges rojo y negro?
Además de ser colores vinculados a la vanguardia rusa, también lo están con la Bauhaus como vanguardia centroeuropea.
Un arte des-jerarquizado, donde el obrero -representado por esa herramienta- y el artista, esté al mismo nivel. Me concierne esa relación con el trabajo, no teórica solamente, sino también práctica, desde mi propia labor como artista.
El negro y el rojo además, responden a los movimientos colectivistas laborales. Movimientos sindicales, típicos en España, Italia, imagino también aquí. Aunque me han dicho que usan el azul. Argentina es un país aparte (risas), pero en el mundo – generalmente- rojo y negro fueron los colores de los movimientos sindicales, colectivistas.
Nuestro país y el mundo en mucho parece estar polarizado, ¿qué observas sobre lo colectivo e individual?
La relación entre ambas posiciones es el gran debate ideológico que se ha dado en el mundo desde la segunda guerra mundial. Comunismo, el estado y el control por un lado. Por el otro, esta idea de Democracia, libertad y mercado.
Dos polos que algunos han reconciliado, como los países nórdicos, en lo que se llama la Social Democracia. En otros países están absolutamente desvinculados.
¿Cómo evalúas la situación actual en el mundo?
Hoy día en España la última campaña de la comunidad de Madrid era Comunismo o Libertad. Es como que volvimos a la guerra fría en los últimos años con las crisis recientes que ha vivido el mundo.
Los recientes debates son guerra fría. Izquierda o Derecha. Algo pasó.
El sentido común se fue a los extremos. Se tratan de “fachos” o “radicales de izquierda” como si no hubiera un centro. Todo surge de esta lucha ideológica.
¿Por dónde continúa tu poética creativa actualmente?
Este proyecto (El ladrillo) no es el último que he hecho. Ya lo he mostrado durante los últimos cuatro años en México, en Santiago de Compostela y Madrid (España), en Santiago de Chile (Chile), en Lisboa (Portugal) y varias ciudades. La de Buenos Aires estimo sea la última que haga en torno al ladrillo.
Actualmente estoy trabajando en un proyecto que acabo de estrenar: Atacama.
Tienen que ver con el cobre, las relaciones económicas y políticas pero aquí hablo de extractivismo, geopolítica y minería. En realidad, cobre y Desierto de Atacama son asimismo Chile. No puedo salir de Chile, pero son temáticas que se vuelven universales. Problemas que están en el mundo.
