El Centro Cultural Recoleta cobra nuevo protagonismo tras la inauguración de las salas recientemente acondicionadas y una renovada agenda que repasa los diferentes momentos del arte argentino.
La Sala Histórica, invita a conocer los últimos 300 años del edificio con fotografías y documentos que relatan las diferentes funcionalidades del predio en consonancia con el momento histórico.
EI Centro Cultural Recoleta, integrado históricamente al predio de la Iglesia del Pilar y del Cementerio, fue construido como Convento de los Franciscanos Recoletos durante el siglo XVIII.
En el siglo XIX el complejo conventual comenzó a funcionar como Asilo de Mendigos.
Hacia 1880, Juan A. Buschiazzo inició las obras de saneamiento y ornamentación de la fachada, los patios y pabellones del asilo, que funcionó en el complejo hasta 1979.
A partir de 1980, los arquitectos Clorindo Testa, Jacques Bedel y Luis Benedit iniciaron la refuncionalización del edificio del convento, destinado a convertirse en el Centro Cultural Ciudad de Buenos Aires, renombrado en 1990 como Centro Cultural Recoleta.
Un lugar destacado ocupa el homenaje a León Ferrari con dos de sus obras originales: Rosas y Sin título (caja collage con mariposas).
Siguiendo la recorrida, nos encontramos con cuatro muestras de arte contemporáneo argentino propuestas por el nuevo equipo de programación de Visuales del Recoleta, integrado por los curadores Carla Barbero y Javier Villa, con la producción de Verónica Otero.
Con curaduría de Barbero llegan las exhibiciones “Centinelas” de la artista Victoria Liguori (sala 4) y “La multitud agazapada” de El Pelele (sala 10).
Liguori presenta una serie de dibujos que abordan la relación entre cuerpo y tecnología desde la ciencia ficción.
La artista cordobesa presenta una serie de dibujos, incluyendo dos recientes de gran formato, que exploran la interacción entre el cuerpo y la tecnología a través de los recursos narrativos de la ciencia ficción. En esta muestra, en contraste con sus trabajos previos que se centran en personajes específicos, la artista crea paisajes con múltiples escenas imaginando otras formas de vida y mundos posibles.
En “La multitud agazapada”, El Pelele presenta una serie de retratos y de escenas íntimas, más o menos evanescentes, que flotan en la sala. Sin embargo, para sumergirse por completo, el público debe aceptar el pacto: atravesar los telones que separan la realidad de esta ficción.
Con la curaduria de Javier Villa, llega el último proyecto de Bruno Gruppalli: una serie de pinturas de gran formato que presenta a personajes generalmente solitarios, sentados en una mesa de café-concert o club nocturno.
La muestra “Grupo joven”, arte y desacato de los años ’50, recorre la obra de una generación casi olvidada del arte contemporáneo pero que sentó las bases en las futuras generaciones con obras de Victor Magariños, Miguel Angel Vidal, Eduardo Mac Entyre, Domingo Distéfano y tantos otros.
Llegando al final del recorrido, llegamos a la Sala de dibujo intervenida por un mural de Pum Pum. Es un amplio y luminoso espacio ambientado y equipado para dibujar destinado a público de todas las edades.
Una cafetería y wifi amenizan la visita.
A mediados de abril, también quedará inaugurada la Sala Cronopios que fuera escenario de exposiciones y eventos inolvidables.
El CCR está abierto al público de martes a viernes de 13.30 a 22 h y sábados, domingos y feriados de 11.15 a 22 h. – Junin 1930, CABA