La muestra del Museo de Arte Latinoamericano (MALBA) incluye el conjunto documental de Frida Kahlo, pintora mexicana, dentro de una exhibición monumental que integra más de 240 obras de artistas consagrados del arte latinoamericano perteneciente a la colección privada de Eduardo Costantini. Es la primera vez en 24 años que se muestra al público la obra Diego y yo (1949), adquirida por el empresario por 34.9 millones de dólares en la casa de remates de Sotheby’s NY.


La exposición Tercer Ojo en el MALBA alberga la colección privada de Costantini con más de 240 obras icónicas, muchas de las cuales no habían sido mostradas públicamente desde hacía 30 años. Destaca la sala a modo de santuario dedicada a Frida Kahlo que contiene el autorretrato Diego y yo (1949), una de las últimas obras que realizó la artista antes de morir en 1954, expuesta junto a Autorretrato con chango y loro (1942). Además, la sala incluye un importante conjunto documental perteneciente a la colección de Raquel Tibol, crítica y amiga de Kahlo. A la par, son exhibidas en el museo obras de Wifredo Lam, Vicente de Rego Monteiro, Victor Brecheret, Alice Rahon, Mario Cerreño, Rubens Gerchman, Antonio Dias, Augusto de Campos, Alejandro Otero, Alipio Jaramillo, Carlos Mérida y Rafael Barradas, entre otros. La exhibición podrá visitarse hasta agosto del año 2023.

Tercer Ojo, curada por María Amalia García, curadora en jefe del Malba, está inspirada tanto en la visión del coleccionista como un actor clarividente, como en la obra de Frida Kahlo, Diego y yo (1949). Esta última simboliza la relación tempestuosa entre Frida y Diego. Además, denota el interés de la artista por las doctrinas ocultistas, de donde tomó la representación del tercer ojo. El binarismo central presente en su arte es la oposición entre su identidad y la de Diego, vinculadas a dualismos universales como masculino y femenino, vida y muerte, cuerpo y mente, sol y luna. El año pasado fue la obra latinoamericana más cotizada en subastas y finalmente, fue adquirida por Eduardo Costantini por 34.9 millones de dólares en la casa de remates de Sotheby’s NY. Es la primera vez desde 1998 que se muestra al público.


La figura icónica de Frida Kahlo es la causa de que la exposición atraiga alrededor de 2.000 visitantes diarios. Mari Carmen Ramírez, curadora de arte latinoamericano del Museo de Bellas Artes de Houston, explica en la conferencia “Cómo se yergue el ícono Frida” algunas de las claves para la construcción de su legado artístico. Entre ellas, destacan que el sufrimiento atravesó su obra, pero no desde un lugar compasivo, sino como fuente de fortaleza y como medio de construcción de su figura heroica.

El dolor expresado en sus piezas está vinculado a la salud precaria que la artista mantuvo en vida. A los seis años contrajo polio, lo cual derivó en una cojera pronunciada. Sin embargo, el principal hito que cambió su rumbo artístico fue el accidente que tuvo a sus 18 años viajando en tranvía. Un autobús chocó contra el vehículo, dejándole la pelvis y la espina rotas, la pierna y el pie fracturados y la vagina atravesada, lo cual causó que fuese sometida a unas 27 cirugías a lo largo de su vida.
Fue después de este suceso que desarrolló su proceso artístico al margen del de su esposo Diego Rivera, desplegando una iconografía personal inspirada en la cristiana, vasta en contenido emocional, psíquico e idiosincrásico, también influenciada por las cosmovisiones de la culturas egipcia, el hinduismo y el budismo.
El magnetismo de Frida entre artistas y movimientos sociales, también está fuertemente arraigado al activismo político de la pintora, miembro del partido comunista mexicano, quien vivió para desafiar los roles de genero impuestos, cuestionar la iglesia católica, y ser la voz de los menos privilegiados, principalmente de los movimientos indigenistas, los campesinos y las mujeres. Asimismo, el surgimiento del feminismo en México y Estados Unidos durante las décadas del 70 y del 80 proporcionaron el contexto ideal para la legitimación de la figura de la pintora como heroína disruptiva. Mediante sus obras exploró temáticas tabú para la época como la infertilidad, el placer sexual y su visión sobre el amor vinculado a la relación compleja con Diego Rivera.
“Así como el accidente cambió mi camino, desde entonces mi obsesión fue recomenzar de nuevo pintando las cosas tal y como yo las veía con mi propio ojo y nada más”
Frida Kahlo

Habitó su destino y lo volcó en su proceso creativo mientras se erguía como figura artística, feminista y política. Incluso su estilo inspirado en la moda tradicional de Tehuantepec, una sociedad matriarcal caracterizada por sus largas faldas, fue inicialmente un modo de ocultar su cojera y, a su vez, reafirmar su herencia mestiza vinculada a la cultura indígena mexicana proveniente del lado materno. Así, la historia y actitud de Frida definen las dos ideas centrales del recorrido: habitar y transformar.
La exposición está abierta desde el 26 de agosto hasta el 1 de septiembre de 2023. Museo MALBA, Av Figueroa Alcorta 3415, CABA. Jueves a lunes de 12:00 a 20:00. Miércoles de 11:00 a 20:00. Martes cerrado. Entrada General: $900, Miércoles: $450