EXPRESIONISMO A FLOR DE PIEL
Polifacética, vitalista y profunda, la artista visual porteña que debió migrar por el mundo desde pequeña, no ha desaprovechado ese peregrinar en el que ha ido recogiendo las esencias del camino, y que hoy, con casi tres décadas de trayectoria, vuelca en su diversidad de obras con la figura femenina como insignia. Su muestra, “Dónde están las alas”, continúa vigente en el prestigioso Hotel Hilton de Puerto Madero hasta finales de abril, con una pintura monumental de 16 metros como emblema.
¿Qué impulsa a Paula Rivero a movilizarse hacia lo profundo del Ser? ¿Será quizás esa tenaz búsqueda de la libertad que se convierte en horizonte en cada una sus obras? Justamente la libertad parece ser la premisa con la que esta consolidada artista visual parte para poder crear. Sus trabajos son sutiles, pero también fuertes, maduros, autorreferenciales. Hablan de su pasión y energía transformadora, explorando siempre nuevas técnicas y conceptos.
Paula Rivero nació en Buenos Aires en 1973, aunque desde su infancia debió migrar junto a su familia por distintos países: Italia, México, Perú, Uruguay, además de la Argentina. Fue en su derrotero absorbiendo diversas vertientes culturales. Recibida en el profesorado de Arte Prilidiano Pueyrredón, de Buenos Aires, había primero incursionado en la carrera de Diseño, en México, hasta volcarse de lleno a su carrera artística, en la que a lo largo de 27 años ha logrado desarrollar un marcado estilo personal así como un definido concepto de su arte.
El intenso rasgo expresionista que la artista alcanza es la marca indeleble de su labor creativa. Y lo hace plasmándolo, siempre, bajo un claro y profundo concepto ligado a la idea de crecimiento personal. Ante cada escenario en blanco, Rivero se propone construir un relato de metáforas trabajando intensamente el color; en cambio, en sus lienzos dibujados con bolígrafo, así como en sus escultura de cerámica o en las que emplea resina, resurgen las figuras. De esta manera, la artista invita al constante abrir de una puerta que permite indagarnos respecto a la libertad del espíritu, convencida de la existencia de caminos dispuestos hacia el libre albedrío.
Aún en la actualidad, Rivero emplea en sus lienzos la técnica del palimpsesto, como un manuscrito antiguo que conserva huellas de un grabado anterior, tan característicos en otros ciclos de su labor artística. La obra de Paula, al mismo tiempo, lleva impregnado un claro concepto femenino ligado a la idea de crecimiento, delineando la búsqueda de la mujer en el camino de su emancipación a todo mandato social ajeno a sus sueños y desafíos.
Es en esta búsqueda que durante las últimas temporadas dio nacimiento a las series «Armaduras y Corsets», presentada en Nueva York, en 2011, con cuyas obras la artista explica cómo en su proceso de liberación, la mujer es capaz de convertirse, finalmente, en mujer guerrera, utilizando a esa prenda como símbolo de protección, como armadura, para salir a la batalla de la evolución como individuo. En tanto, en la serie «Trapitos al Sol», exhibida por primera vez en Miami, en 2012, las obras constituidas con resina y enseñadas en cajas acrílicas transparentes, la artista emplea como soporte a su propia correspondencia personal reconstruyendo huellas de su pasado. En 2013, bajo el mismo leitmotiv, llevó a cabo dos trascendentales muestras unipersonales, «Mujeres Salvajes» y “Pasión de Mujer”, presentadas en el Centro Cultural Recoleta y el Museo Evita, respectivamente.
Este año, el escenario de su reconocida versatilidad es el prestigioso Hotel Hilton de Puerto Madero, con la muestra “¿Dónde están las alas?”, activa aún hasta fines del mes de abril. Como máximo estandarte de esta muestra se erige una pintura monumental de 16 metros de altura que pende desde el punto más elevado del imponente lobby del hotel porteño. Realizada con técnicas mixtas y base acrílica, la obra lleva impresa repetidas veces el cuerpo mismo de la artista en distintas direcciones, brindándole a la obra una dinámica sorprendente.
Esta pintura monumental, o el mediante el impactante mural elaborado sobre azulejos que se exhibe en el Puerto de Frutos de Tigre (inspirado en los lazos familiares), así como a través de su constante caudal creativo y sus trascendentes muestras, Rivero logra resumir una realidad visible y palpable: la evolución constante de su mundo interior y de su labor artística.
GERMAN HEIDEL germanheidel@hotmail.com
fotos: Juan Villagrán
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