En articulación con el Archivo General de la Nación, el Centro Cultural Kirchner inauguró la exhibición La mesa ostentará siempre un centro de flores, que marca la apertura oficial de una nueva sala ubicada en el área Archivos. Con curaduría de Francisco Medail, la muestra expone fotografías en blanco y negro del archivo general, que dialogan con obras de los artistas visuales contemporáneos Gabriel Baggio, Fabiana Barreda, Raúl Flores, Mariela Paz Izurieta y Matías Sarlo. En este cruce de temporalidades, las imágenes se potencian y trazan un paisaje alimentario argentino, que invita a reflexionar sobre los modos de producción, los espacios de consumo, la tradición culinaria y el impacto ambiental de la industria alimentaria.

En primer lugar, el paisaje alimentario se conforma de elementos disímiles, que muestran cómo cambia nuestra relación con la comida según el espacio y el contexto. En el acervo de fotografías, que datan de los años treinta a sesenta, observamos personas comiendo en diferentes ámbitos (trabajo, cenas familiares, restaurantes elegantes, entre otros) y en cada espacio, la vestimenta, la comida y el modo de sentarse se modifica.
Precisamente, el título de la exhibición cita una frase de El libro de Doña Petrona, editado a partir de los años treinta, que además de recetas culinarias, brinda indicaciones para servir y preparar la mesa según el motivo del encuentro, tipo de comida, cantidad de comensales, entre otras cuestiones. Al recuperar la frase del mítico libro, la muestra enfatiza en el valor cultural, carácter social y ritualístico del consumo de alimentos.

Afiche 
Maria Paz Izurieta
En uno de los sectores de la sala, la tradición culinaria es representada a partir de las recetas familiares, que se convierten en canales fundamentales en la construcción de una memoria emotiva en torno a los alimentos. Junto a las fotografías, se presenta el video Sopa (2002) de Gabriel Baggio, que captura una performance realizada en el espacio de arte Boquitas Pintadas, en el que junto a su madre y su abuela preparan sopa, siguiendo una receta familiar.
Por otro lado, la muestra también indaga en los modos y etapas de la producción alimentaria, a través de fotografías que retratan la labor en el campo, frigoríficos y la distribución comercial en góndolas o mercados. Entre estos elementos, se encuentran afiches de la época peronista que remarcan la importancia de las políticas públicas para garantizar el acceso a los alimentos. Uno de ellos, promociona los créditos del Banco Nación a pequeños chacareros para que puedan adquirir su propio terreno, bajo el lema “si usted ha sido explotado, no permita que su hijo lo sea”.

A su vez, la labor de la tierra dialoga con la necesidad de construir formas de consumo menos nocivas con el medio ambiente y nuestra salud. El uso de agrotóxicos es abordado a partir del cruce de la fotografía de una fumigación y la obra Te llevo en la sangre (2020 – 2021) de Matías Sarlo, que pone en primer plano nombres de pesticidas y herbicidas, desconocidos por la mayoría de los consumidores.
La serie fotográfica Cuerpo a tierra (2018-2021) de Mariela Paz Izurieta indaga en el proceso de consumo de alimentos, desde la compra hasta la elaboración de platos. En la muestra, los primeros planos de platos de verduras y frutas en colores vívidos se contraponen a las fotografías blanco y negro del archivo, que documentan a diversos comensales a punto de ingerir sus alimentos. El cruce de estas imágenes, y de las anteriormente mencionadas, resalta que el producto terminado es el resultado de una cadena de pasos previos y conocerlos, es el camino hacia un consumo consciente.

De esta manera, podemos afirmar que somos lo que comemos, el modo en que comemos y además, lo que hacemos con lo que comemos. El desperdicio de alimentos es abordado a partir de un video del Noticiero Panamericano (de Argentina Sono Film), que busca concientizar a la población sobre la basura generada a partir de las sobras de comida y promover buenas prácticas para reducirlas.
En otro sector, fotografías de góndolas de supermercados dialogan con la fotografía-performance Proyecto Hábitat, Reciclables (2000) de Fabiana Barreda, que al vestirse con envoltorios y etiquetas plásticas de alimentos, cuestiona el circuito de la basura y la contaminación ambiental. A su vez, en esta última etapa observamos una gigantografía de varios sujetos lavando platos en el río, junto a la obra Piletas (1999) de Raúl Flores, que consiste en una serie de fotografías de piletas de cocina rebalsadas de agua. La relación de ambas imágenes nos permite pensar tanto en el desperdicio de agua en las prácticas cotidianas, como en la cuestión de la huella hídrica en la producción y consumo.

Por último, en un fragmento del texto curatorial, Medail afirma que “pensar la comida como paisaje implica entonces adentrarnos en un territorio heterogéneo y complejo por el que muchas veces nos movemos de manera automática”. La mesa ostentará siempre un centro de flores tiene el mérito de quebrar ese automatismo, ya que cautiva por el carácter nostálgico e histórico de las fotografías, a la vez que construye discursos que permiten alertar y reflexionar sobre problemáticas actuales, ligadas al consumo, al acceso a la tierra, la soberanía alimentaria, entre otras. Así, este proyecto de cultura visual conjuga el poder crítico y emotivo de las imágenes para indagar en el trasfondo de nuestros hábitos y prácticas cotidianas.
Información:
La mesa siempre ostentará siempre un centro de flores puede visitarse de miércoles a domingos, de 14 hs a 20 hs, en el quinto piso del CCK (Sarmiento 151, CABA). Entrada gratuita.













