En entrevista, la artista chilena relata cómo la manera actual de mostrar la realidad a través de los monitores ha impactado en su forma de expresión, en especial a la hora de exponer, desde su sensibilidad, lo que vemos. Hoy, trabaja en dos proyectos muy diferentes entre sí, los cuales dan cuenta de su evolución junto al arte abstracto, dejando fluir la línea y sorprendiéndose con su delicada torpeza.
Isidora Montero
Josefina Varela c/retrato Arturo Vidal
¿Qué es la imagen hoy en día? Con la rapidez del mundo actual, el ser humano se ha acostumbrado a observar cientos de imágenes a lo largo del día. Desde lo que vemos en los medios, hasta lo que nuestros ojos capturan cada segundo, la vida del hombre se ha visto plagada de escenas en movimiento, fotografías, y un sinfín de puntos de vista materializados en variadas representaciones. Sin duda, la tecnología ha cambiado la forma de ver las imágenes, en su mayoría hoy en día otorgadas por los monitores. Pero ¿cómo eso ha cambiado la forma de ver y hacer pintura?
La artista chilena Josefina Varela, quien, a lo largo de su trayectoria, ha encontrado en lo abstracto una forma de expresar su arte, ha cuestionado y reflexionado sobre la forma de incluir la imagen en su quehacer artístico, considerando la fuerte presencia de los monitores y la tecnología a la hora de conectarse con un mundo tan globalizado como el nuestro. Desde su taller, la creadora se ha propuesto sensibilizar la imagen y retomar lo fáctico del trabajo a mano alzada, resaltando la torpeza de una línea errónea y destacando su belleza no perfecta:
“Quiero volver a humanizar la imagen con ayuda de aspectos gráficos, como la mancha, la línea, la transparencia, y así mostrar la impronta como un gesto espontáneo, primerizo y visceral”.
Desde sus inicios en la pintura, Josefina ha intentado construir el paisaje desde el imaginario; “Mi pintura hace referencia a un paisaje, pero uno en el que se pueda descubrir ciertas cosas como cuerpos de animales, formas despojadas e imágenes fuertes que expresen y sean potentes. Yo parto haciendo alusiones a figuras que recojo de la naturaleza, de animales o hasta de un matadero que aplico a mi pintura, construyendo una especie de batalla en medio de una guerra, llena de movimiento”.
En ese escenario, en el que ocurren diversas situaciones al mismo tiempo.
“…muchas veces me centro en esa figura que sufre y la capturo de manera descriptiva y tangible, pero otras veces decido romperla e integrarlo en lo abstracto”,
Es así como la artista depende de su inspiración, pero también de su percepción, intuición y sensaciones a lo largo del proceso creativo a la hora de deformar y volver abstractas las imágenes. Desde ese lugar, la presencialidad recobra el sentido revalorizando lo espacial, la textura y el soporte en contraposición con la virtualidad.
“Las formas pueden ser reconocibles en mi pintura, así como también ser destruidas, ya que considero que destruir es parte de crear. Pienso que una imagen puede ser destruida con un plano increíble y precioso, y de esa forma permitir que el fondo tome más importancia y deje al espectador entrar y salir de manera más fácil”.
Con respecto a su forma de trabajar y desarrollar la pintura, Varela describe su proceso creativo “mi quehacer es abstracto, pero no siempre inicia de esa forma. Siempre comienzo a partir de una figura descriptiva, y lo transformo en algo abstracto. Sin embargo, desde la pandemia me he vuelto más descriptiva a la hora de pintar”, confiesa.
Considerando la forma en la que la tecnología se hizo fundamental durante los confinamientos provocados por la pandemia, la artista manifiesta: “en los tiempos actuales, me parece que estamos muy pegados a la pantalla; las imágenes en el monitor vuelven todo a nuestro alrededor plano y mi pintura busca lo contrario de eso. Quiero que esta tenga volumen, que el espectador pueda entrar, pueda hacer un recorrido visual desde el color, las transparencias, las líneas”. A ese respecto, la creadora chilena siente que “hacer una línea en el Corel Draw no es lo mismo que hacer una línea apurada y torpe. Quiero recuperar esa torpeza de la línea de la mancha, ya que me ayuda a construir ese escenario que permite al espectador ver el cuadro, entrar en él, y vibrar con él de manera perfecta. Con los monitores, se nos olvida lo que es la imagen en sí”, asegura.
Josefina Varela
A pesar de que la actualidad y constante avance tecnológico ha hecho reflexionar a la artista sobre su forma de trabajar junto a la pintura, el color ha sido un factor que, para Varela, sigue teniendo fundamento desde lo clásico: “Para mí el color es parte de una revisión permanente a la historia del arte chileno. Constantemente estoy mirando a ‘los clásicos’ y todo partió con una muestra para la cual trabajé con obras de Juan Francisco González y me aferré únicamente a esos colores”. Es así como la artista, de alguna u otra manera, sigue con ese proyecto muy latente en su forma de trabajar. “La pintura chilena tiene coloristas espectaculares y quiero hacerlos parte de mi trabajo. De alguna forma me pongo pie forzado para abstenerme a esa paleta de colores y desde su croma crear mi propio escenario volumétrico”, agrega Varela.
Hoy en día, la pintora se encuentra trabajando en su taller en dos proyectos, muy diferentes entre sí. En primer lugar, “es contradictorio, pero estoy haciendo una serie de retratos de famosos, como Arturo Vidal”, explica entre risas Varela. “Por ahora solo he trabajado con él, pero me gustaría llevarlo a otros personajes conocidos. Hice un cuadro, de gran formato, pero desde el croma de las pinturas de los artistas chilenos que estuve revisando. Este tiene una manufactura fuerte, pero a la vez que construye muy bien su cara, a través de líneas y veladura”. La riqueza de este proyecto radica en la sensación que quiere despertar la artista en el espectador:
“…quiero que esta versión de una imagen de Vidal aporte igual o más que una foto de él”.
Paralelo a este renovado proyecto, Varela mantiene sus convicciones “Seguiré construyendo mi escenario de animales, retomando la restricción en el uso de color y llevándola a mi pintura con mi forma y estilo, pero también buscando nuevas líneas y herramientas.” Es así como Josefina Varela se reinventa y sigue creciendo: “Estoy en una faceta muy dual: por un lado juego con lo descriptivo, pero por el otro sigo destruyendo”, concluye.